lunes, 30 de marzo de 2015

Hacia una banca de desarrollo

Luis Enrique Dussán, nuevo presidente de Finagro, quiere disminuir los riesgos para el sector encaminando los recursos según la vocación del suelo y la realidad del mercado.
Hacia una banca de desarrollo

El ingeniero civil Luis Enrique Dussán se posesionó el pasado 12 de marzo a la cabeza del Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario, Finagro. Se había desempeñado como gerente del otrora Incora y director de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura, y fue representante a la Cámara por el Huila, de 2002 a 2014, en la Comisión Quinta, encargada, entre otros asuntos, del régimen agropecuario.

Entre sus metas están fortalecer instrumentos como el Fondo Agropecuario de Garantías, que respalda al pequeño productor para que obtenga un crédito con un banco, y el aseguramiento: seguir creciendo más de 100% sobre las 129.000 hectáreas que se aseguraron en 2014. Sobre los subsidios, "no se trata de darlos para cualquier cosa, sino encaminar de acuerdo a las vocaciones de la tierra y los mercados".

¿Cómo se consolidó su llegada a Finagro?

Cuando decidí no seguir participando en el Congreso de la República, el presidente Santos me planteó la posibilidad de que lo acompañara en su gobierno en el sector agropecuario. El ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, sabiendo también que vengo trabajando en estos temas, estuvo pendiente de que entrara al sector.

¿Cuántos recursos tiene Finagro para este año?

Hay $7,5 billones para colocaciones de crédito en línea Finagro, $347.000 millones para el Incentivo a la Capitalización Rural (ICR) y $60.300 millones para subsidiar la prima del seguro agropecuario, que va hasta el 80%, para facilitar el aseguramiento.

¿Cuáles son las metas en microfinanzas?

Este año esperamos colocar $200.000 millones en microfinanzas.

¿La idea es involucrar la banca privada en microfinanzas?

No necesariamente, sino organizaciones que no son bancos, no vigiladas por la Superfinanciera.

El plazo para la firma de nuevos pagarés del Fondo de Solidaridad Agropecuaria (Fonsa) vence el 31 de marzo. ¿Qué sigue ahora?

Con el panorama de lo que recogimos tenemos la información para determinar cuánto se puede descontar. Tenemos que conocer mejor las carteras para decidirlo y se hace la refinanciación del resto, que es en condiciones muy favorables, con cinco años de gracia. Pero también debemos diseñar instrumentos para incentivar la cultura del buen pago, porque nos preocupa que con esos Fonsa y Pranes se genere una cultura de no pago, que los productores digan: "esperemos, hacemos un paro y el Estado nos tendrá que rebajar la cartera". Eso es perverso porque al final lo que pasa es que los bancos no les van a querer volver a prestar. Están dañando su acceso a crédito con esas conductas. Buena parte de los campesinos seguramente no han podido pagar, pero otros se cuelgan, y los que han hecho el esfuerzo de pagar se quejan por no recibir ningún incentivo. Y con razón.

¿Qué cambios se hicieron a las facultades extras para que el presidente transforme las entidades del sector, que se incluían en el Plan Nacional de Desarrollo?

Respecto a lo que se aprobó en el primer debate, estamos conformes con que logramos eliminar la posibilidad de que nos quitaran el fondo de capital de riesgo. Misión Rural propone usar el fondo como potencializador para un nuevo esquema de banca de desarrollo. Alguien dijo que el fondo no sirve y querían quitarlo. Creo que fue más que todo por desinformación. Logramos darle la vuelta y para el Gobierno y el Congreso es claro que el instrumento es necesario.

Que fue creado en la misma ley de Agro Ingreso Seguro.

Sí, la 1133 de 2007. Dejarlo en el Plan Nacional de Desarrollo fue un paso importante. Esperamos que para la segunda vuelta no vayamos a tener dificultades.

¿Por qué defienden ese fondo de capital de riesgo?

Porque es una posibilidad para apalancar desde el Estado la creación de empresas para todos los ámbitos de las cadenas productivas: agroindustria, infraestructura, comercialización, en fin: para donde no hay inversión del sector privado y se requiere que el Estado diga: "Yo ayudo, hagamos empresa conjunta, y cuando esté funcionando vendo mi participación y con esa plata entro a crear nuevas empresas".

¿Y con la facultad de cambiar la ley por la que se creó Finagro?

Se quitó del articulado. Pero creemos que se fueron al otro extremo. A nosotros nos interesa hacer algunos ajustes a esa ley. Quitaron la facultad para protegernos, pero estamos convenciendo al Congreso de que volvamos a ponerla, no para derogar sino para modificar (la ley), sin poner en riesgo los títulos de deuda agropecuaria. Esa facultad nos va a permitir ampliar el espectro de la entidad hacia una banca de desarrollo.

 

mmedina@elespectador.com


Fuente: http://bit.ly/19AhVpt

miércoles, 25 de marzo de 2015

“Misión Cafetera desconoce la historia”


Las primeras conclusiones de la Misión de Estudios para la Competitividad de la Caficultura en Colombia despertaron diferencias entre los académicos detrás del ejercicio y los directivos de la Federación Nacional de Cafeteros. Luis Genaro Muñoz, gerente del gremio, en entrevista con Agronegocios se refirió a las propuestas que no comparte y cuestionó las metas que se trazaron en materia de crecimiento.

¿Qué es lo que más le disgusta de la Misión Cafetera?

Personalmente no me disgusta nada. Aquí hay una discusión regulatoria y estratégica que debe hacerse a profundidad: si debe el país seguir insistiendo en su posición clara de producir, vender y proteger el origen de nuestro café, que es finalmente lo que el consumidor internacional aprecia.

¿Por qué argumenta que estas propuestas favorecen a las grandes empresas?

Cada vez las grandes compañías se fusionan más, hoy muy pocos actores manejan 80% del mercado, por lo que son 560.000 pequeños productores enfrentados a las multinacionales. Llegar a quitarle al cafetero la garantía de compra es dejarlo expuesto a los vaivenes de comercializadores cuya tarea es comprar lo más barato

¿Ha llevado su posición al presidente Santos más allá del documento entregado?

No, con el Presidente no hemos tenido ninguna discusión en tanto la Misión no ha publicado su informe final, le entregó al Gobierno un primer documento que es donde están también nuestras conclusiones.

Criticó a Eduardo Lora por cuestionar la institucionalidad pero no a Juan José Echavarría por hacer lo mismo…

Eduardo Lora, siendo integrante de la Misión, aprovecha el asunto mediáticamente para exponer sus tesis que no compartimos y distrae mucho  porque en el fondo hace un gran revuelto de los bienes públicos, el Fondo Nacional del Café y la Federación de Cafeteros de manera bien ligera, lo que es ampliamente controvertible.

Pero no son los únicos, cinco departamentos también destacaron de nuevo problemas en la institucionalidad, hasta hablaron de un nuevo gremio

Yo tengo una opinión diferente. En términos generales los caficultores tienen bien claro el valor institucional. Habrá voces que digan lo contrario, pero son muy pequeñas. Que deba dividirse o no la institucionalidad es una idea que habrá que estudiar.

¿Es viable una producción de 14 millones de sacos?

Sucederá cuando el mercado compre 14 millones de sacos de café colombianos a buenos precios porque no podemos producir para guardar, el sobreabastecimiento lleva a deterioro en los precios.

¿Y 25 millones de sacos? Que es la proyección de la Misión...

Ahí es donde nos alejamos de la Misión que desconoce lo que ha pasado en Colombia, la violencia y el deterioro de precios que durante muchísimos años no alentó al productor para invertir en el campo. Además, toman de base una cifra de 18 millones de sacos que se dio hace muchos años en circunstancias coincidentes.

¿Pero fue importante?

De hecho, en ese mismo periodo Colombia desarrolló políticas para erradicar café porque se pensó que se estaba en época de sobreproducción, lo que restaba posibilidad de sostenibilidad del negocio. Se olvida todo, si no hay mercado para 14 millones, menos para 25, pero hay que crearlos para no quedarnos sentados en 12 millones de sacos.

Usted propuso un Fondo de Estabilización pero le piden al Presidente PIC, ¿cuál prefiere?

En concreto los dos. Encontramos de manera positiva que en el Plan Nacional de Desarrollo se contemple lo que debería hacer el país en subsidios a la producción. Deben darse subsidios en tanto el vaivén de los precios es cada vez más complejo.

El precio del café ha caído 23% en lo que va el año ¿Qué espera que pase en los próximos meses?

Hay razones de peso para pensar que puede caer y otras para creer que va a estabilizarse. Lo cierto es que quienes transan con el grano no perciben una escasez general, aunque sí es cierto que hay menos café centroamericano, peruano y de otros países que compiten con Colombia. Nosotros hemos suplido esa ausencia. Lo que es clarísimo es la gran volatilidad independientemente de los factores.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Análisis/ Crecimiento del sector: ¿cómo aprovechar el 2015?

Solo disminuyendo la importación de alimentos se puede generar un crecimiento en la producción y en el consumo interno.
Aunque la perspectiva que se vislumbra para el 2015 es de bajo crecimiento, el panorama podría cambiar si se toman a tiempo acciones de tipo tributarias, de financiamiento, asistencia técnica y de propiedad de la tierra, que permitan lograr economías de escala en la producción agropecuaria.

La Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) estima que la actividad productiva agropecuaria crecerá para este año entre 2,5 y 3,0 por ciento. Sin desconocer el entorno internacional, que enfrenta cambios y dificultades en materia económica, no hay duda de que si se sabe aprovechar la devaluación a nuestro favor, aumentando las exportaciones del agro, incluso promoviendo el turismo rural para nacionales y extranjeros, el panorama puede cambiar y los resultados ser beneficiosos para el país y el sector.

La devaluación del peso frente al dólar contribuye a encarecer las importaciones, favoreciendo de forma directa la producción nacional, además de mejorarle la competitividad a las exportaciones agropecuarias en los mercados externos.

Por otro lado, a pesar de las reducciones en los pronósticos del Producto Interno Bruto (PIB), un crecimiento entre 3 y 4 por ciento, con devaluación, vendrá acompañado de demanda interna de materias primas y productos de origen agropecuario.

Otro factor que incide de manera favorable para las previsiones de este año es la expectativa de crecimiento de la economía norteamericana, principal destino de las exportaciones de productos agropecuarios y agroindustriales, y la aparente posibilidad de que las condiciones de entorno macroeconómico a nivel nacional continúen sin mayores cambios.

Aunque la perspectiva que se vislumbra para el 2015 es de bajo crecimiento, debido a factores como la baja rentabilidad que afecta a la mayoría de actividades agropecuarias, consecuencia de la caída en los precios; la falta de provisión de bienes públicos para el sector; la incertidumbre de los bajos precios internacionales, por cuenta del aumento en la oferta y el débil crecimiento de la economía mundial; la menor dinámica de la actividad cafetera, así como la percepción de condiciones climáticas desfavorables, por la anunciada ocurrencia del fenómeno de El Niño, el panorama podría cambiar de forma favorable si se toman a tiempo acciones inmediatas de tipo tributarias, de financiamiento, asistencia técnica y de propiedad de la tierra, que permitan lograr economías de escala en la producción agropecuaria, lo cual conduciría a tener mejores resultados en términos de calidad y cantidad de la producción, eficiencia en costos, mayores ingresos y más beneficios sociales y ambientales.

Colombia produce 31,6 millones de alimentos, pero exporta 4,4 millones, importa 10,3 millones; es decir, un consumo aparente de 37,5 millones de toneladas, esto para decir que solo disminuyendo la importación de alimentos se puede generar un crecimiento en la producción y en el consumo interno.

Resulta importante señalar que la SAC estimó un crecimiento en el valor de la producción agropecuaria para el 2014 del 2,9 por ciento, apostándole a una cifra incluso un poco más alta a la reportada por el Dane, que fue de 2,3 por ciento, explicado principalmente por el aumento en la producción cafetera que alcanzó el 12 por ciento, contribuyendo con 1,2 p.p. en dicho crecimiento.

El bajo crecimiento de la actividad productiva agropecuaria, en el 2014, estuvo asociado principalmente a la caída en las áreas cosechadas y al intenso verano que azotó gran parte del territorio nacional, y que no solo impidió, en algunos casos, las siembras, sino que provocó pérdidas de áreas sembradas y caída en los rendimientos por hectárea. En el caso de la ganadería, su impacto fue igualmente negativo, ya que la falta de agua produjo escasez de pastos y forrajes para el ganado e incluso se reportaron pérdidas por muerte de animales.

Otro factor que, sin duda, incidió en las decisiones de inversión por parte de los agricultores, fue la poca rentabilidad que vienen sufriendo algunos renglones agrícolas, debido a los bajos precios y a los elevados costos de producción, pero también por las dificultades, principalmente de los pequeños y medianos productores, para mejorar los niveles de productividad de los cultivos y compensar los bajos precios. Dichas dificultades están relacionadas con la falta de acceso al crédito y a la asistencia técnica, entre otros.

A todo lo anterior se suma la incertidumbre jurídica de la propiedad de la tierra, generada por las equivocadas interpretaciones de la Ley 160 de 1994, siendo un factor que limita y seguirá limitando la inversión privada en el sector.

En medio de un entorno internacional que genera inseguridad, la economía colombiana ajusta su nivel de tasa de cambio y debemos aprovecharla, sus finanzas públicas deben mejorar, la falta de coherencia fiscal acabarse. La desindustrialización, la alta dependencia frente al petróleo y la lentitud en tener una verdadera política agraria de Estado son factores negativos que se deben contrarrestar dando apoyo a la política agraria, en la cual quepan la agricultura familiar, el pequeño, mediano y grande productor, buscando finalmente la empresarización del campo para lograr un mayor crecimiento y rentabilidad del sector.

Rafael Mejía López
Presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).


Delicious Digg Stumbleupon Favorites More

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | Top WordPress Themes
¡Recomienda este blog!