
Nuevo esquema basado en información satelital entrega primeras indemnizaciones a quienes se dedican al pastoreo Lo primero que sientes al bajarte del bus en la aldea de Ginda, al norte de Kenia, es el mal olor. Las tierras de Haro Sora, un agricultor de la zona, están atestadas de cadáveres de ganado y asnos que han fallecido tras una intensa y prolongada sequía. Cráneos y partes de tórax por doquier. En algunos sitios se observan animales enteros desplomados al lado del camino. Algunos han muerto hace apenas unos días y el viento puede hacer poco por despejar el aire. Ginda, en el distrito de Marsabit, se ha visto afectada por la infame sequía del Cuerno de África, que ha traído como consecuencia una crisis alimentaria que afecta a casi...