Sabía que no debía esperar el Nepal de las "guías turísticas" que describen picos nevados majestuosos, banderas multicolores de oración ondeando contra cielos azules despejados. Pero realmente no estaba preparado para el Terai.
Casi a 120 km al oeste de la capital Katmandú, se encuentra una planicie de tierras bajas, brumosa y sofocante, en donde las temperaturas diurnas rondan los 45 °C y se apaciguan un poco después de que anochece.
Con tanto calor y sudor de día y de noche es difícil concentrarse. Durante los primeros días, casi de seguido solía cerrar los ojos y soñar rápidamente que bebía agua helada sin parar; veía torrentes de cataratas, nadadores rusos del tipo olímpico zambulléndose en lagos semicongelados. Las imágenes pronto se iban, pero el calor no.
A pesar de las duras condiciones, el Terai es la zona productora de grano en Nepal, donde se cultiva cerca del 50% de los alimentos que consume el país. Arroz, trigo, maíz y una variedad de verduras se cultivan allí, en los tramos nororientales de la llanura Indogangética.
Sin embargo, el sistema empieza a sentir una gran presión. Los modelos climáticos indican que las temperaturas promedio en Rupandehi —un distrito en el corazón del Terai— aumentarán de 1.5 a 2 °C para el 2030. Y a medida que las emisiones mundiales de dióxido de carbono continúan rompiendo récords, seguramente los aumentos no pararán allí. Además, las importantísimas lluvias monzónicas —el factor determinante de la producción alimentaria en el Terai— han presentado demoras en los últimos años y el calendario agrícola se ha visto afectado.
Ya hace tanto calor en el Terai que es difícil imaginar cómo sería la vida si el clima fuera aún más caluroso.
Justamente un grupo de científicos del Programa de Investigación de CGIAR sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) y la Universidad de Oxford se encuentra trabajando sobre esto. A principios de este año, identificaron a la pequeña comunidad agrícola de Beora, en Rupandehi, como un sitio base para el proyecto Fincas del Futuro.
El objetivo del proyecto es mostrar a los agricultores de Beora cómo podrían ser las condiciones climáticas futuras —llevándolos hasta allá físicamente, en bus. Esto es posible dado que en un área con paisajes agrícolas tan diversos y con una gama de distintas altitudes, es probable que el futuro de Beora sea el presente actual para comunidades agrícolas relativamente cercanas, en sitios denominados "análogos".
La ubicación de estos sitios es posible gracias a un programa computarizado, conocido como la herramienta de análogos climáticos. Desarrollada por el CIAT y CCAFS en alianza con el Instituto Walker para la Investigación de los Sistemas Climáticos y la Universidad de Reading, Reino Unido, la herramienta fue oficialmente dada a conocer durante el Día de la Agricultura y el Desarrollo Rural, un evento paralelo en el marco de la décimo séptima Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP17) en Durban, Sudáfrica, el pasado mes de diciembre.
La herramienta toma múltiples predicciones de lluvias y temperaturas para el 2030 considerando un sitio base —en este caso Beora— y busca zonas que presenten esas condiciones en la actualidad. Superponiendo estas variables en un mapa obtenido de Google Earth de Nepal occidental, el resultado muestra zonas demarcadas en rojo que permiten al grupo identificar sitios específicos.
¿Cómo sobrellevan los agricultores de estas zonas las condiciones de su entorno, y qué pueden aprender los agricultores de Beora de ellos para ayudarles a adaptarse al cambio climático?
Equipado con un dispositivo de posicionamiento global (GPS), los mapas análogos, un kit de muestreo de suelo y probablemente demasiados paquetes de pasabocas, me dispuse a averiguarlo junto con el grupo en una misión de reconocimiento a 1000 km, en busca del futuro de Beora.
El calor empeoraba…
Fuente: http://bit.ly/O2ykWK
Por Neil Palmer
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