En el decálogo se destacan los puntos relacionados con la producción sostenible a través de Sistemas Silvopastoriles, considerados "el futuro para mejorar la productividad con un menor impacto ambiental"; la asociatividad de los pequeños productores, la asistencia técnica y extensión y el contrabando y abigeato.
Sobre estos últimos delitos, advirtió que "ni el agobiado pueblo venezolano, ni los productores colombianos merecen que unas mafias se aprovechen impunemente del enorme negocio cambiario en la frontera y mucho menos del patrimonio de los ganaderos".
De igual manera, reseñó dentro de los 10 puntos la importancia de trabajar en la adaptación al cambio climático, hacer una reorganización productiva, la importancia que se le debe dar al Censo Agropecuario y la actualización catastral, la producción empresarial y la red vial terciaria, sobre la que aseguró que "su recuperación y ampliación representaría una verdadera revolución rural".
El último punto se refiere a la institucionalidad agropecuaria, que según el presidente de Fedegán, debe ser fortalecida y reorganizada con decisión y urgencia, para hacer efectiva la presencia del Estado en aspectos como el crédito agropecuario, la sanidad, la inocuidad y la política de tierras, entre otros.
De acuerdo con ello, señaló que resulta prioritario empezar a trabajar en lo productivo, ya que se da por descontado el atraso y la inequidad que se vive en la Colombia rural, factores que se atribuyen a un abandono estatal que ha generado consecuencias en materia de infraestructura física y también social.
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