A raíz de las recientes protestas y los llamados a paro de algunos grupos de productores agropecuarios, un agudo analista se hacía una muy pertinente pregunta: ¿qué se ha hecho con los recursos de la Ley 1133 de 2007 por medio de la cual se creó el Programa Agro, Ingreso Seguro (AIS)?
Este Programa se creó durante el gobierno de Álvaro Uribe como medio para que la agricultura enfrentara los retos y las oportunidades derivados del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
El objetivo de dicho Programa (que en la actualidad se conoce con el nombre de Desarrollo Rural con Equidad, DRE) es "mejorar la competitividad de todo el sector agropecuario nacional, con ocasión de la internacionalización de la economía".
Para cumplir con dicho propósito, se dotó al AIS con recursos del presupuesto nacional por una cuantía mínima de quinientos mil millones de pesos anuales, los cuales deben ser ajustados, para cada período presupuestal, por la correspondiente inflación.
Al estar cumpliéndose diez años de ejecución del Programa, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural debe haber recibido más de cinco billones de pesos para impulsar el desarrollo productivo y competitivo del sector agropecuario.
Si efectivamente los recursos se han dirigido para tales propósitos, las mejoras en productividad de las diversas actividades agropecuarias deberían estar reflejándose en una mayor capacidad competitiva.
Sin embargo, como se ha señalado en esta columna, en un estudio reciente de Fedesarrollo y la Universidad Eafit sobre la política comercial agrícola se encuentra que, durante los últimos años, la gran mayoría de los productos importables agropecuarios y agroindustriales han perdido participación en la producción agropecuaria mundial.
En dicho informe se indica, además, que "dadas las tasas de crecimiento relativamente bajas que presentan los rendimientos" en la mayoría de los productos analizados "las ganancias en productividad no han sido la principal fuente de crecimiento de los importables".
En el caso del arroz, por ejemplo, se encuentra que los rendimientos promedio vienen descendiendo, de tal manera que, en la actualidad, se ubican por debajo del promedio mundial. Ello responde al hecho de que la expansión del cultivo se está llevando a cabo en zonas de baja productividad.
La razón para que ello sea así está en que la política arrocera, basada en la alta protección, las muy limitadas importaciones y los mayores subsidios, estimula la siembra y no, como debería ser, la productividad.
Ello evidentemente va en contravía de los postulados del Programa AIS que, en el caso del arroz, debería propender por incrementar la capacidad competitiva del cultivo.
En consecuencia, pareciera que la actual política agropecuaria no estuviera alineada con el objetivo del Programa AIS. Ello hace aún más válida la pregunta del analista de marras.
En este orden de ideas, sería bueno que el país y el Congreso (como está establecido en la Ley 1133) tuvieran información sobre el uso, la distribución, los resultados y los impactos derivados de los cuantiosos recursos con que ha contado el Programa AIS (o DRE). Cabe esperar que estos no hayan terminado convirtiéndose en gastos de bolsillo del Ministerio de Agricultura.
fuente: http://bit.ly/2yDTxDF