demanda este tipo de compras es muy grande.
A pesar de la demanda creciente de alimentos en el mundo, la oportunidad para que los fondos de capital privado inviertan en el sector hay que contrastarla con los peligros del campo, le dijo a Dinero.com Cate Ambrose, directora ejecutiva Lavca. Habrá más fondos, pero pocos.
Por: Santiago Gutiérrez Viana
Hay grandes fondos globales y regionales de capital privado que están tomando decisiones estratégicas para ubicar su dinero en tierras agrícolas. Son inversiones complejas porque se afectan por muchas variables como el clima, le dijo a Dinero.com Cate Ambrose, directora ejecutiva de Latin American Venture Capital Association, Lavca. Menciona Capital International basado en Londres y otro más local, Visión Brasil.
La dificultad que encuentran estos fondos es que las inversiones que demanda este tipo de compras es muy grande y se requiere una chiquera muy abultada además para resistir sin problema el tipo de riesgo que plantean las inversiones en tierras rurales, explica.
Otros fondos se enfocan en negocios rurales, en particular porque esperan una demanda sostenida y creciente de alimentos en todo el mundo, en particular en Asia y el Medio Oriente.
"En carne y ganado hay mucha inversión en Brasil", señala Cate Ambrose. Pero en general los inversionistas entran en las firmas de procesamiento de carne, más que en el de levante o engorde de ganado. "Hay mucha desagregación del sector de carne y en general en las cadenas de agronegocios. Los fondos pueden adquirir las empresas menos eficientes", agrega.
Otros más, como Pampa Capital, que tiene su oficina principal en Argentina, no invierte en tierra ni en siembras de alimentos, sino en semillas, tractores y en otros insumos relacionados con el desarrollo de los agronegocios. Con ello se aprovecha de la demanda que se genera en el sector, con menos riesgo que si estuviera completamente metido allí.
En esta última estrategia puede estar en parte la razón de que no se vean tantos fondos aprovechando las oportunidades que genera el campo. La respuesta para la ejecutiva es una y muy sencilla: riesgo. En todas estas áreas hay una gran posibilidad de perder dinero si, por ejemplo, las condiciones climáticas o políticas cambian. Un ejemplo claro de reveses en la actividad está en el manejo que le ha dado el gobierno argentino a los impuestos a las exportaciones agrícolas. También hay problemas cuando los alimentos se consideran actividades estratégicas que requieren intervención del gobierno.
Cate Ambrose ve más interés de fondos soberanos del Medio Oriente tratando de hacer inversiones estratégicas de largo plazo en tierras y alimentos. "No esperan retorno año a año, sino la disponibilidad de tierras que les ayuden a superar las limitaciones de su producción doméstica".
Su conclusión sobre este tipo de negocios es que sin duda hay una demanda creciente de estos productos. "Se puede levantar el capital. Es una oportunidad. Pero hay que contrastarla con los peligros del sector", señala. Por eso piensa que aunque habrá en el futuro más fondos en este sector, los jugadores nunca serán muchos.
La dificultad que encuentran estos fondos es que las inversiones que demanda este tipo de compras es muy grande y se requiere una chiquera muy abultada además para resistir sin problema el tipo de riesgo que plantean las inversiones en tierras rurales, explica.
Otros fondos se enfocan en negocios rurales, en particular porque esperan una demanda sostenida y creciente de alimentos en todo el mundo, en particular en Asia y el Medio Oriente.
"En carne y ganado hay mucha inversión en Brasil", señala Cate Ambrose. Pero en general los inversionistas entran en las firmas de procesamiento de carne, más que en el de levante o engorde de ganado. "Hay mucha desagregación del sector de carne y en general en las cadenas de agronegocios. Los fondos pueden adquirir las empresas menos eficientes", agrega.
Otros más, como Pampa Capital, que tiene su oficina principal en Argentina, no invierte en tierra ni en siembras de alimentos, sino en semillas, tractores y en otros insumos relacionados con el desarrollo de los agronegocios. Con ello se aprovecha de la demanda que se genera en el sector, con menos riesgo que si estuviera completamente metido allí.
En esta última estrategia puede estar en parte la razón de que no se vean tantos fondos aprovechando las oportunidades que genera el campo. La respuesta para la ejecutiva es una y muy sencilla: riesgo. En todas estas áreas hay una gran posibilidad de perder dinero si, por ejemplo, las condiciones climáticas o políticas cambian. Un ejemplo claro de reveses en la actividad está en el manejo que le ha dado el gobierno argentino a los impuestos a las exportaciones agrícolas. También hay problemas cuando los alimentos se consideran actividades estratégicas que requieren intervención del gobierno.
Cate Ambrose ve más interés de fondos soberanos del Medio Oriente tratando de hacer inversiones estratégicas de largo plazo en tierras y alimentos. "No esperan retorno año a año, sino la disponibilidad de tierras que les ayuden a superar las limitaciones de su producción doméstica".
Su conclusión sobre este tipo de negocios es que sin duda hay una demanda creciente de estos productos. "Se puede levantar el capital. Es una oportunidad. Pero hay que contrastarla con los peligros del sector", señala. Por eso piensa que aunque habrá en el futuro más fondos en este sector, los jugadores nunca serán muchos.