Colombia tiene que prepararse internamente y salir a conquistar mercados internacionales para los productos agrícolas como frutas y vegetales; ya lo hizo con banano y café, ahora debe ampliar ese espectro.
Colombia es un terreno por mostrar en el mercado internacional de productos agropecuarios. Es de los pocos países que aún tienen una importante frontera agrícola, tiene buenos suelos y todos los climas, señala el presidente de CropLife, Carlos Buzio. CropLife es la asociación regional que representa a la industria de la ciencia de los cultivos, que cuenta entre sus afiliados a Bayer CropScience, FMC, Syngenta, Basf, DuPont, Dow AgroSciences, Monsanto y Arysta LifeScience.
La entidad alista la realización del 'IV Foro Internacional CropLife Latin America', que será en Bogotá el próximo 27 de abril en Hotel JW Marriott.
¿Colombia pueden ser la despensa del mundo, eso no será otra utopía?
No creo, Colombia puede desempeñar un rol importante como proveedor de alimentos para mercados internacionales porque es de los pocos países que tiene frontera agrícola para expansión, buenos suelos y climas, y gente con vocación agrícola. Es necesario visualizar a Colombia en el escenario de América Latina, que sin duda tiene todo el potencial para consolidarse como potencia agroalimentaria mundial.
El liderazgo de Brasil y Argentina con las exportaciones de commodities y el caso de países exportadores de frutas y vegetales como Chile, Perú, Guatemala o Costa Rica suman significativamente al trabajo conjunto de toda Latinoamérica.
Es en este escenario en que Colombia puede destacarse por el aumento de su producción agrícola.
¿Qué se requiere para que ese anhelo sea realidad?
El desarrollo agrícola exige el desempeño sincronizado de varios factores como infraestructura, innovación e ciencia y tecnología, estudio de mercados, crédito para el agricultor, inversión, para mencionar sólo algunos. Adicionalmente, se requiere desarrollar el espíritu exportador de los colombianos, la producción agrícola del país es esencialmente para mercado nacional, Colombia tiene que prepararse internamente y salir a conquistar mercados internacionales para los productos agrícolas como frutas y vegetales.
Los sectores de café, las flores y el banano son pioneros en ese camino y han hecho un trabajo admirable. Para desarrollar otros sectores, el gobierno puede jugar un papel muy importante con sistemas regulatorios adecuados y facilitando los procesos de exportación. Hay que aprovechar la demanda mundial de alimentos para encontrar nuevos nichos de mercado y desarrollar el potencial de áreas como la Orinoquia o altillanura para competir también con commodities.
La tenencia de tierra y la asociación de pequeños productores son un gran obstáculo de productividad, ¿cómo se puede superar?
Colombia vive una coyuntura muy interesante frente a estos temas, pienso que las iniciativas que impulsan distintas entidades del Gobierno apuntan a superar estas dificultades. Frente al tema de la asociatividad es muy importante que el país le apueste con decisión a un modelo agrícola que incluya a pequeños agricultores que están dispuestos a asumir el desafío de ser competitivos.
Nosotros como organización internacional en América Latina vemos algunos casos exitosos de cooperativas y asociaciones, especialmente en Guatemala, algo en Costa Rica y en Brasil donde cooperativas que antes vendían grano localmente, ahora exportan con alto grado de proceso local, valor agregado y sus propias marcas; no es un camino fácil, pero se puede lograr.
Esta parte del mundo tiene recelo de la ciencia aplicada a la tierra y a los alimentos, ¿es tan peligroso como se presenta?
No, en absoluto. La agricultura es ciencia, cada avance para mejorar un cultivo, para que produzca más, para protegerlo de plagas y de las inclemencias del clima exige de un desarrollo, en el que equipos interdisciplinarios de científicos trabajan por años, con no pocas pruebas y evaluaciones. Los países tienen controles que garantizan la seguridad de las tecnologías aplicadas a la agricultura.
En el caso de la agrobiotecnología ya son 15 años de cultivos en 25 países, sin registro de incidentes y con beneficios contundentes para el ser humano y el ambiente; sin embargo, muchos no lo aceptan. Tal vez falta más información para desbancar los mitos urbanos que se tejen en contra de desarrollos tecnológicos a favor de la agricultura. El mundo demanda más alimentos y la principal respuesta es aumentar la productividad; para eso es necesario aplicar toda la ciencia que se pueda. El país debe desarrollar el potencial de áreas como la Orinoquia o altillanura para competir con commodities.
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