La innovación, el potencial exportador, la generación de empleo y la producción de bienes con mayor valor agregado serán los grandes desafíos de cuatro sectores agropecuarios del país. Larvas y material genético para cultivar camarón con mayor tamaño y resistencia a las enfermedades; carne bovina sin hormonas ni promotores de crecimiento; cacao orgánico de alta productividad por hectárea y mayor diversificación en el uso del aceite de palma en productos comestibles y no comestibles, son las apuestas del sector agropecuario para ganar participación en el mercado mundial durante los próximos años.
Los cuatro sectores: camaronicultura; carne bovina; cacao, chocolatería y confitería, y palma de aceite, grasas y aceites, fueron escogidos el 21 de diciembre por un jurado que escrutó 12 propuestas de sectores interesados en ingresar al programa de transformación productiva que impulsa el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, y que cuenta con el Ministerio de Agricultura como socio.
Para el titular de Comercio, Luis Guillermo Plata, "uno de los factores de éxito en los programas de internacionalizacion en otros países, consiste en convocar los esfuerzos alrededor de hojas de ruta público-privadas, para potenciar el trabajo de los sectores productivos" Y en el país ya arrancó el trabajo conjunto para internacionalizar los cuatro sectores del agro.
A mediados de enero comenzaron a integrarse los comités de trabajo sectorial y en los próximos días cada uno tendrá que aportar US$116.000, con una contrapartida del Ministerio de Agricultura por US$1 millón, para desarrollar el programa. Pero ¿por qué fueron elegidas estas cuatro cadenas y cuál es el potencial que ofrecen?
Jorge Mario Díaz, director ejecutivo de Acuanal, gremio que representa a los productores de camarón en el país, explica que su sector estará muy enfocado en la innovación, así como en la venta de producto de consumo final.
Tras varios años de estudios en Ceniacua, centro de investigación del gremio, se logró desarrollar la tecnología para mejorar genéticamente al camarón de manera que sea más resistente a las enfermedades y alcance un mayor tamaño. "Una de nuestras metas es vender larvas, reproductores y material genético a países como China, Tailandia, Vietnam e incluso India", explica Díaz. Los avances se han logrado con el apoyo del centro noruego de investigación Akvaforst y ahora planean ejecutar un proyecto a riesgo compartido en India para desarrollar una próspera industria en ese país.
Hoy la producción de camarones la concentran unas 15 empresas que los cultivan en piscinas. La producción es de unas 18.000 toneladas anuales y se exporta el 95%. El valor de la producción en 2009 fue de unos US$80 millones, y se vio afectada por la revaluación del peso, lo que ha motivado la búsqueda de productos alternativos.
En cacao, la producción se acerca a unas 40.000 toneladas anuales que se consumen en el país. El objetivo del sector es pasar de las 125.000 hectáreas sembradas a unas 300.000, y aumentar la producción a más de 94.000 toneladas, para tener capacidad exportadora.
Jacob Rojas, gerente técnico de Fedecacao, explica que además de aumentar el área cultivada hay que aplicar tecnología para lograr una mayor productividad. El avance en la transformación productiva del sector de cacao, chocolatería y confitería, pasa además por el desarrollo de nuevos productos elaborados y semielaborados, así como por una mayor especialización del grano.
Al igual que ocurre con el café, los productores buscan desarrollar cacaos orgánicos, con sabor y aroma que identifiquen la riqueza de los suelos y geografía colombiana.
"Lo que se requiere es ofrecer al mundo una mayor diversidad de productos en grano, elaborados y semielaborados, aprovechando que los colombianos son cacaos finos y de aromas particulares como frutales, caramelo o malta, que incluso se pueden diferenciar por las regiones donde se cultivan", asegura Rojas.
Los productores del grano se unieron con empresarios de confitería y chocolatería para tener una propuesta integral y ya están trabajando en la conformación del comité que apoyará el trabajo de toda la cadena.
Otro sector que unió esfuerzos es la cadena de palma, aceites y grasas vegetales. Jens Mesa, presidente de Fedepalma, explica que entre 1960 y 1990 la industria palmera se enfocó en el mercado local, pero a partir de los 90 inició un proceso de aumento de producción y exportaciones que hoy les permite vender en el exterior cerca del 30% de lo que producen.
La meta es muy ambiciosa pues en dos o tres años se alcanzará la plena producción de unas 365.000 hectáreas sembradas, que representan cerca de 1'500.000 toneladas de aceite -frente a una demanda local esperada de 900.000 toneladas-, ofrece un potencial interesante para la exportación. "Para nosotros es importante ver cómo esta agroindustria puede ser mas competitiva, reduciendo costos, mejorando logística y, sobre todo, abriendo nuevos frentes de negocio y desarrollando más mercados para nuestra producción", asegura.
En carne bovina, la propuesta apunta a llevar la ganadería colombiana a convertirse en sector de talla mundial, consolidando clusters en las regiones ganaderas, mejorando el sistema de sacrificio, adoptando estándares sanitarios y promoviendo el uso de la tecnología y la genética para obtener productos de calidad internacional, a fin de acceder a mercados como Rusia, norte de África, Israel, China, México, Chile y Perú, según Fedegan.
El gremio estima un aumento en la demanda mundial de 8 millones de toneladas al año para 2015, debido al mayor consumo en países emergentes. Hoy, la producción mundial de carne bovina es de 70 millones de toneladas al año, y Colombia produce unas 900.000 toneladas, ocupando el noveno lugar en el mundo.
Para Diana Jimena Pereira, directora de política sectorial del Ministerio de Agricultura, el ingreso al programa de transformación productiva abre a los empresarios la posibilidad de repensar el negocio del sector según las nuevas tendencias del mercado, "al identificar y explorar nuevos mercados, establecer retos para la modernización y especialización de la estructura productiva, y promover la innovación de tecnologías y productos más ajustados a la demanda y a las nuevas exigencias del consumidor mundial", dice.
Los proyectos ya comenzaron a andar y dependerá ahora de los empresarios concretar estas ambiciosas metas para garantizar el mayor desarrollo del agro.
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