Un meticuloso estudio sobre insectos plaga realizado por expertos del CIAT demostró que no existe la devastadora mosca mediterránea en las pasifloras colombianas, entre las que se encuentra el maracuyá, la granadilla y la gulupa.
Dichos resultados acaban de ser publicados en la revista científica Crop Protection y podrían permitir a miles de pequeños agricultores beneficiarse del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia, recientemente aprobado por el Congreso de ese país.
Las pasifloras cosechadas en Colombia están sometidas actualmente a rigurosos controles por parte del Servicio de Inspección de Sanidad Agropecuaria (APHIS) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, para prevenir la introducción de plagas foráneas, entre ellas la mosca mediterránea de la fruta Ceratitis capitata (Wiedemann), miembro de la familia Tephritidae, considerada una de las más dañinas del mundo y causante de pérdidas en miles de millones de dólares en una amplia gama de productos agrícolas.
“Esas estrictas barreras comerciales han obstaculizado las exportaciones colombianas de pasifloras para consumo fresco”, dijo Kris Wyckhuys, entomólogo del CIAT y autor principal del estudio. “La prohibición, en el caso de esas frutas, se ha basado en la mera sospecha de que la mosca mediterránea afecta a estas especies en Colombia, partiendo de informes de infestación en otros países suramericanos o en información a veces anecdótica”.
La mosca mediterránea ataca más de 250 especies diferentes de frutas, flores, hortalizas y nueces. Originaria de África, se ha propagado a 85 países, principalmente en los trópicos y subtrópicos. Hasta el momento, los esfuerzos de detección y control han evitado que esa mosca se establezca en Estados Unidos.
En el estudio de campo hecho en Colombia para detectar la mosca de la fruta en las pasifloras, realizado por Wyckhuys junto con colegas de una universidad panameña y dos colombianas, no encontraron ninguna especie dañina en más de 15.000 muestras de fruta recolectadas en un período de 2 años en 231 fincas de las principales zonas productoras. También se hizo un experimento en laboratorio, ejecutado por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), en el que se infestaron frutas de gulupa con miles de huevos de mosca mediterránea, y no emergieron moscas adultas.
Estos resultados darán más luces a las evaluaciones de riesgo que actualmente realizan el ICA y APHIS, en torno a las pasifloras colombianas, en la que se establecerá si son o no hospederas de la mosca mediterránea u otras plagas, y se definirán los correspondientes tratamientos cuarentenarios, si a ello hubiere lugar.
Este ejercicio, según el ICA, hace parte del proceso normal para la admisibilidad de nuevos productos a nuevos mercados, regulado por la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) dentro del marco del Acuerdo de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias de la Organización Mundial del Comercio. Bajo esta reglamentación los países importadores tienen la potestad de realizar Análisis de Riesgos de Plagas y definir los requisitos que les brinden niveles adecuados de protección.
“Este estudio corrobora la importancia de la investigación agrícola para Colombia, puesto que da bases para eliminar barreras sanitarias, lo cual podría alentar al sector frutícola y aumentar significativamente las exportaciones hacia los Estados Unidos”, dijo Ruben Echeverría, Director General del CIAT. “Esto incentivaría a los productores de pasifloras para hacer que la producción sea más competitiva mediante la adopción de mejores tecnologías”, afirmó.
El valor de las exportaciones de pasifloras para consumo fresco ha aumentado de cerca de US$1.3 millones en el 2000 a poco más de US$4.4 millones en este año. Colombia exporta productos frescos principalmente a la Unión Europea, mientras que a los Estados Unidos ―debido a las restricciones― solo exporta frutas procesadas, principalmente en forma de jugo.
En Colombia se producen alrededor de 109.500 toneladas de maracuyá al año; 52,300 toneladas de granadilla y una cifra menor, no cuantificada, de gulupa. Bajo el nuevo tratado de libre comercio, si se da un significativo aumento en la producción de estas frutas, incrementaría de manera importante el monto de las exportaciones hacia los Estados Unidos.
“El problema se agrava por el uso descontrolado de agroquímicos para controlar plagas y enfermedades”, dijo Alonso González, quién lidera la investigación del CIAT en frutas tropicales. Además de aumentar los costos de producción, explicó González, las fumigaciones eliminan insectos que son benéficos, incluyendo los polinizadores, lo que reduce la producción de frutas. “Esta práctica deja altos niveles de residuos de plaguicidas en la fruta cosechada, lo cual es un peligro para productores y consumidores, y por supuesto, es otra barrera para las exportaciones”.
Un proyecto financiado por el gobierno colombiano y llevado a cabo por la Universidad Jorge Tadeo Lozano, en colaboración con Corpoica e ICA, está abordando las principales limitaciones a la producción de pasifloras. El trabajo sobre insectos plaga de especies frutales forma parte de ese proyecto.
Contactos:
- Kris Wyckhuys, entomólogo del CIAT (k.wyckhuys@cgiar.org ) Tel. (2) 4450100, ext. 3249.
- Alonso González, líder Programa de Frutas Tropicales (a.gonzalez@cgiar.org ) Tel. (2) 4450100, ext. 3497, Cali.
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