Rafael Mejía López, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), afirmó que es una contradicción que el Gobierno Nacional esté anunciando el programa Colombia Siembra y a la vez implemente una política de importaciones con cero arancel en productos como el fríjol y el aceite de palma.
El dirigente gremial reveló que de 2000 a 2015 la producción agropecuaria creció 24,7%, las exportaciones se incrementaron el año pasado en un modesto 5,7% y las importaciones de la vigencia anterior representaron el 30% del consumo aparente de alimentos. Por otra parte, el valor de la agricultura repuntó 3,1% en 2015 y el café fue el responsable del 55% de esa tendencia.
¿Cómo le fue al sector agropecuario el año pasado?
Yo creo que nosotros debemos partir de qué encontramos y cómo ha evolucionado la producción en el campo colombiano. Es muy importante que miremos y hablemos de varios temas.
Primero, la producción agropecuaria. ¿Cómo se ha desarrollado? Nosotros en producción agropecuaria establecemos periodo de 2010 a 2014 y 2015 para ubicarnos y saber hacia dónde vamos. En el año 2000 produjimos, entre agrícola y pecuario, 25'669.000 toneladas; en 2014 subimos a 31'401 toneladas; y en 2015 ya fueron 32'016.000 toneladas. Si comparamos de 2000 a 2015 hemos subido 24,7%.
De esa cantidad, ¿cuánto se exporta?
En las cifras que le daré a continuación están incluidas flores, tabaco y algodón. En 2000 exportamos 4'265.000 toneladas; en 2014 fueron 4'428.000 toneladas; y en 2015, 4'509.000 toneladas. Es decir que hubo un crecimiento muy módico en 2015 de 5,7%.
¿Y lo que se trae de otros países?
Ahí empieza el problema. En las cifras que le expreso a continuación no están algodón, ni tabaco, ni los subproductos del tabaco. En 2000 importamos 5'508.000 toneladas y tuvimos un consumo aparente de alimentos de 26'911.000 toneladas, o sea que la importación nuestra fue del 20,5%; ya en 2014 subimos las importaciones a 10'246.000 toneladas y un consumo aparente de 37'219.000 toneladas; el último dato, que fue el de 2015, expresa que se importaron 11'403.000 toneladas de alimento para un consumo aparente de 38'910.000 toneladas, o sea ya casi un 30%.
¿Cuál es su análisis de todas esas cifras, estamos creciendo levemente en exportaciones pero el 305 de lo que estamos consumiendo es importado?
En otras palabras, en 2015 hubo una transición en varios frentes, primero fue que aumentamos las importaciones. Nosotros estábamos acostumbrados a comprar entre $1800 o $2000 por dólar y el año pasado, por la devaluación, terminamos con $3200 - $3100, fue un aumento bastante significativo en el costo.
Pero a pesar de esa devaluación, que uno diría que las exportaciones aumentarían, vimos que no crecieron. En cambio las importaciones sí aumentaron considerablemente y vemos que pasaron de 10'246.000 toneladas a 11'403.000 toneladas.
¿Qué efectos tiene ese incremento en la importación de alimentos?
El primero es que llegan más costosos y se dividen en dos: una parte es el costo de las materias primas que importamos, como los fertilizantes y las semillas que llegan más caros; y la otra es la de los alimentos que sí importamos. Estas cifras contemplan solo alimentos, pero hay que entender que la devaluación afectó también las importaciones para producir los alimentos en el país.
¿Cuáles son los productos que más se están trayendo de otros países?
Entre trigo, maíz, soya y torta de soya es más o menos el 75% de lo que importamos. Son cultivos transitorios. Si nosotros miramos con mucho cuidado ciertas producciones, podemos ver que en maíz las compras externas pasaron de 3'961.000 toneladas a 4'717.000 toneladas.
Esas importaciones de alimentos nos afectan de dos formas. Unas son directas, por ejemplo el trigo, como no se produce harina de trigo en el país el pan y las pastas se vuelven más costosas. Dos, los productos como el maíz, la soya y la torta de soya que va a los alimentos balanceados y se usan en la producción de cerdos, pollo, huevo y lechería especializada. Más o menos estamos importando el 75% del maíz que usamos, lógicamente ese mayor valor se traslada de la importación al productor y luego al consumidor.
Todo ese mayor valor se va primero al productor como inflación de costos. Le pongo un ejemplo: un productor de leche compra un concentrado a base de maíz importado, es más costoso y se le vuelve inflación de costos; después pasa a ser inflación de precios al consumidor ya que en el mismo ejemplo, el pasteurizador le pasa el costo al consumidor.
¿Por qué la inflación de alimentos es tan importante?
Si nosotros cogemos como se mide el Índice de Precios al Consumidor, lo que más pesa es la vivienda con 30,1%, después alimentos con 28,2% y luego transporte que es el 15,1%. Entre esos tres ya está el 73%, entonces cualquier cosa que suceda con alimentos complica el panorama.
Fíjese lo que pasó. En 2015 hubo una inflación de 6,77% y de alimentos 10,85%; este año ya con enero a 12 meses la inflación fue de 7,25% y alimentos 12,26%. Entonces aquí se empezó a combinar, en este semestre y al final del año los mayores costos de producción por devaluación, los mayores costos para el consumidor por alimentos y el fenómeno de El Niño.
Crecimiento de la agricultura
¿Cuánto fue el crecimiento del valor de la agricultura en 2015?
El año pasado, el valor de la agricultura de todo el sector creció el 3,1% que son los datos preliminares que se llaman "Valor de la producción agropecuaria"; y sin café, creció el 1,6%. Aquí entramos a que el café fue el responsable del 55% de ese crecimiento.
¿Cuáles son los indicadores en materia agrícola y pecuaria?
El total agrícola en 2015 creció 3,6%: los cultivos transitorios se cayeron 3,2%, los cultivos de ciclo largo crecieron 2,6%, el café creció 16,8%; y el pecuario creció 2,5%: en aves 5%, en bovinos se cayó 0,9%, en porcinos creció 14,4%.
¿Estos datos de repuntes y decrecimientos en el sector agropecuario desaniman o generan optimismo entre los productores?
La producción es muy variable, es decir, lógicamente tenemos unos datos que en términos generales, según las encuestas de la SAC, les fue bien a los agricultores, incluidos los pecuarios, durante 2015; es decir que no les fue tan mal. Pero en 2016 están reacios a invertir y en 2015 el crédito se fue más a capital de trabajo que a inversión.
Las encuestas nos han mostrado que la gente, aunque le fue bien están indecisos para sembrar. ¿Por qué? Por muchos motivos: si un arrocero no tiene asegurada el agua no se lanza a sembrar. Hasta ahora empiezan las lluvias, entonces las cosechas se habían atrasado y los distritos de riego se habían reducido.
Decisiones inconsultas
¿Cuál es la posición de la SAC frente a la medida del Gobierno Nacional de importar algunos alimentos con cero arancel durante seis meses? ¿Se reunió con ustedes para escuchar su posición?
Así ha tratado el Gobierno Nacional a los gremios. ¿Qué es lo que nos preocupa como Sociedad de Agricultores de Colombia? Por un lado está el programa de Colombia Siembra y por el otro está el desmonte de aranceles. Cómo pretenden que se amplíen el número de hectáreas sembradas en aceite de palma cuando están quitando por seis meses los aranceles y van a perder muchos recursos.
Eso es lo que se llama falta de política agraria de Estado. Ahí vemos unas contradicciones entre los diferentes ministerios que generan incertidumbre hacia el agricultor.
El Gobierno dice que esa decisión la tomó para afrontar los elevados indicadores de inflación de alimentos.
La producción por devaluación se nos encareció, más el incremento del salario mínimo en un 7%. Es una situación en la que no podemos decir que se nos suban costos de producción, los precios en que se venden los productos son estables pero la competencia que llegará es de países que sí subsidian su agricultura y cómo vamos a competir con ellos.
¿El Gobierno los recibe, los escucha, estudia los planteamientos de los gremios?
Los gobiernos, en el caso del presidente Santos han sido muy atentos, muy amables, nos oyen, pero de todos modos hacen lo que quieren. En algunos casos sí se ha logrado, como por ejemplo, el caso del arroz, los análisis expresan que hay un faltante, se programan unas importaciones y se calculan de acuerdo a esas cifras.
Pero cada producto tiene situaciones diferentes. Por ejemplo, la papa negra. Si usted divide el año por semestres y el semestre por trimestres; enero, febrero y marzo normalmente se termina de recoger y sale al mercado la papa que se sembró el segundo semestre, o sea que disminuye la oferta y aumenta el precio; abril, mayo y junio se acaba la papa, sube el precio, se manejan inventarios y empieza la cosecha que debe salir el segundo semestre, entonces el precio se baja y durante el año salen precios sin mayor aumento sobre el año anterior.
Pero hay que entender el ciclo de muchos productos: en el segundo semestre está la papa pero no hay yuca, que sale el primer semestre, entonces tenemos que aprender a sustituir un producto por otro.
¿Los gobiernos y el país son conscientes de la importancia del sector agropecuario?
Los colombianos nos olvidamos de la cotidianidad de la agricultura. Yo le pongo este ejemplo con el que terminé un discurso en el Senado de la República: un colombiano eventualmente necesita un abogado, un médico o un arquitecto, pero siempre va a necesitar por lo menos tres veces al día a un agricultor y aun así se nos olvida la importancia de la agricultura.
Fuente: bit.ly/1OY6FAA