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NEGOCIOS | LA PATRIA
Un sistema de bancarización propio para el sector agropecuario, que esté a favor de los productores y no les reduzca aún más sus ingresos es lo que propone Mario Giraldo Gallego, revisor fiscal de la compañía cafetera La Meseta, empresa cafetera de Chinchiná.
Giraldo Gallego y su equipo de trabajo publicaron el estudio El agro es efectivo sin cuentas bancarias, el cual muestra el problema que representará para los campesinos la entrada en vigencia de la Ley 1430 de 2010 de inclusión financiera.
Aunque la norma empezó a aplicarse en enero del 2014, Giraldo Gallego explica que gracias a gestiones se logró aplazar para arrancar el 1 de enero del 2019. Sin embargo, la reforma tributaria aprobada el año pasado estableció que esa ley empezará a regir el próximo año. "Lo que pedimos es que aplacen entrada en vigencia mientras se construye una estructura de bancarización especial para el sector agropecuario. Así se hizo para los juegos de suerte y azar en el 2012, debería pasar lo mismo con el campo, con el agravante de que este lleva 60 años en el olvido y los ingresos son mucho menores", dijo el profesional.
Entre los argumentos de Giraldo Gallego está lo que ocurre con los ingresos de los caficultores. Producir una arroba de café cuesta $65 mil y al venderla el cultivador recibe $70 mil u $80 mil, si se está en época de buenos precios. Esto muestra que la rentabilidad es del 10% y ese margen lo utiliza el campesino para subsistir.
"Por ejemplo, nosotros compramos café en Arboleda (Pensilvania) y algunas personas venden $30 mil o $100 mil del grano. Si le pagamos en cheque y debe cobrarlo en la cabecera del municipio, debe pagar un pasaje de $35 mil. Es marginar al cultivador", resaltó.
Al problema de la falta de infraestructura financiera en las zonas rurales se suman los costos de las transacciones, sobre todo el impuesto 4 por mil, que pasó a ser permanente. Además, el comercializador agropecuario tendría que girar cheques frecuentes, lo que le resta rentabilidad, teniendo en cuenta que cada cheque cuesta $4 mil 600.
Unidos
Foto | Darío Agusto Cardona | LA PATRIA
Mario Giraldo, de la compañía La Meseta, en Chinchiná, publicó el estudio en el que muestra por qué el actual sistema de bancarización no beneficia al sector agropecuario.
Al sentir de Giraldo Gallego se han unido instituciones como la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) y la Federación Nacional de Cafeteros. Esta última entidad envió en diciembre pasado una comunicación al Ministerio de Hacienda en la que le expone diversas razones por las que el campo colombiano aún no tiene acceso a la bancarización.
"Las reformas implementadas en el ordenamiento tributario con el propósito de limitar la deducibilidad de los pagos en efectivo para promover la bancarización constituyen una preocupación adicional para un amplio sector de la población rural colombiana, incluyendo por supuesto el cafetero, que observan dicha política como una medida distante y contraria a la realidad económica del sector rural", dice la carta de la Federación.
Agrega que los cultivadores no sólo encuentran las barreras logísticas para acceder al sistema financiero, sino que además deben asumir cargas económicas adicionales al momento de ingresar al sistema, tal y como sucede con la causación del 4 x1000 al momento de efectuar transacciones bancarias.
El escrito dice que la preocupación la tienen también las cooperativas de caficultores, que al momento de ejercer la garantía de compra adquieren el café en efectivo y si ya no podrán tomar esos pagos como deducibles, por no haber sido realizados a través del sistema financiero, constituirá un sobrecosto adicional para el sector cafetero.
Aunque Giraldo Gallego reconoce que la inclusión financiera formaliza la economía y evita prácticas como la elusión y la evasión, dice que el Gobierno tiene que ser consciente de la realidad del campo en el país. "Hacen las leyes desde oficinas muy bonitas. En Bogotá uno sale y en la esquina hay un banco, pero en el campo la vida es muy distinta, y esto no lo tienen en cuenta", expresó. Por esto, gestiona junto a empresas y organizaciones del sector , y con congresistas caldenses, un proyecto de ley para cambiar la situación.
Conclusiones
Estas son algunas conclusiones del estudio El agro es efectivo sin cuentas bancarias:
1. Productores agropecuarios
* El sector agropecuario debe ser excluido de la bancarización o se le debe otorgar un tratamiento preferencial superior o igual al de las empresas de juegos de suerte y azar, porque el campo colombiano está en peores condiciones.
* La ley de bancarización tributaria la crearon con el objetivo de combatir la evasión y el fraude fiscal, pero está demostrado que en el sector agropecuario no ocurren estos dos hechos, por lo cual el efecto de la forzada bancarización sería adicionar un grave problema al sector.
* Pone en problemas al productor agropecuario por las barreras logísticas de baja cobertura bancaria, distancias en la zona rural, educación en medios tecnológicos, cultura del campo (la población campesina se desplaza a las zonas urbanas el sábado y el domingo, días sin servicio bancario).
2. Comercializadores agropecuarios
* Encuentran problemas ante el tope fiscal permitido de manejo en efectivo, que es $3 mil 186 millones al año (2017) y que disminuye cada año. Este es insuficiente para cumplir con la realidad de su negocio.
* Se verían en el dilema de rechazar a sus proveedores agropecuarios por no poder tener cuentas bancarias o enfrentarse a perder la deducibilidad de los pagos que les hagan en efectivo. Esto aumenta las cargas de impuestos a los comercializadores medianos y grandes.
* No se debe obligar al comercializador a girar cheques con sello restrictivo o pagar por transferencias porque le sale demasiado costoso y queda sin rentabilidad.
3. Estado
* Antes de que la bancarización sea para todos, el Estado debe trazar políticas de educación a la población rural y tecnificación del agro, logrando una mano de obra calificada. Estos aspectos contribuyen en la mejora de la rentabilidad del agro y es un paso a la formalización.
Hugo Hernán González, representante a la Cámara por el Centro Democrático
Esto perjudica al campesino, ya hay unos hábitos de negocio y es muy difícil porque no hay bancos a la mano. El trabajo cafetero es familiar, se dividen las funciones, y el titular tendría que hacer todos los trámites. Para las cooperativas también es un problema. Si les incomodamos la vida y se las hacemos más costosa, van a terminar en manos de terceros que no están en la institucionalidad, alguien que les va a pagar menos, pero en efectivo, y alguien que seguramente no cumple con las normativas.
Fuente: https://goo.gl/5i2Zyi
