El destino de muchas políticas e instituciones públicas está en sus manos. Hoy, inicia la difícil tarea de balancear sus promesas y compromisos de campaña con temas que, como la ciencia y la tecnología, no generaron muchos votos, pero son trascendentales para el desarrollo nacional.
Le solicito que imparta directrices claras para salvaguardar y fortalecer el trabajo de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica), como uno de los ejes de la política agropecuaria que más pueden contribuir a promover un sector agropecuario más robusto y sostenible. En el último año desarrollamos un Marco Estratégico innovador que nos permite estimar el impacto al 2028 que podríamos generar en el sector a partir de nuestras ofertas tecnológicas. Para lograrlo, partimos de cuatro objetivos estratégicos misionales que buscan contribuir a 1) incrementar la competitividad y productividad sectorial, 2) mejorar la disponibilidad de alimentos con calidad e inocuidad, 3) mejorar la sostenibilidad ambiental en los sistemas agropecuarios y 4) fortalecer el capital social y las capacidades del Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria (SNIA).
A estos objetivos estratégicos les asociamos unas metas de impacto cuantificables que permiten proyectar la adopción por parte de los productores agropecuarios, de las distintas ofertas tecnológicas que generamos. Son siete metas de impacto que permiten prever los beneficios para los productores adoptantes, como la reducción de sus costos unitarios de producción.
La Corporación consolidó un portafolio de 110 ofertas tecnológicas propias que ya están disponibles para el sector agropecuario, e identificó otras 121 que parten del nuevo conocimiento logrado en los últimos años y están casi listas para ser entregadas. Para cada una estimamos su impacto en escenarios mínimos y máximos de adopción para las distintas metas según supuestos políticos, económicos y culturales al 2021, 2024 y 2028.
Los resultados son impresionantes. En el escenario máximo de adopción de este portafolio, a 2028 beneficiaríamos al 32,9% de los productores agropecuarios (en términos de UPAs impactadas), el 22,3% del área cultivada y el 38 % de la población pecuaria generando beneficios económicos, ambientales y sociales significativos en el agro.
En el 2017, nuestro Balance Social midió beneficios económicos adicionales para los productores agropecuarios por $312 mil millones, atribuibles a Corpoica, generados por la adopción de 23 tecnologías propias. Pocas inversiones del Estado generan este tipo de impacto y proyecciones. Por eso, señor Presidente, le solicito que proteja y promueva los bienes públicos que generamos para el sector. La tarea se está haciendo bien, pero falta mucho. Resolver los problemas de productividad de nuestro agro y aprovechar sus ventajas comparativas requerirá seguir enfrentando enormes retos que nuestros científicos son capaces de resolver.
Independientemente de quién lleve las riendas de la Corporación a futuro, le solicito que, durante su mandato, nos apoye para pasar de 145 a 300 Ph .D., que, en número de científicos por PIB agropecuario nos ubicaría en niveles similares al de entidades hermanas en Argentina y México y cerraría un poco la brecha frente a Brasil. En términos fiscales, requerimos que gradualmente se incrementen los recursos del Presupuesto General de la Nación para la Corporación hasta llegar en el 2022 a contar con $400 mil millones, un nivel óptimo a largo plazo. Se puede. Solo debe sacrificar unos pocos subsidios agrícolas ineficientes.