lunes, 23 de noviembre de 2009


Colombia recibiría plata por sus bosques según una iniciativa global que se discutirá en Copenhague

Una iniciativa para que los países en desarrollo sean compensados por ayudar a la disminución de emisiones de carbono toma fuerza dentro de los puntos que se negociarán en Copenhague.

Sumado a la reducción de emisiones de industrias y carros, la protección de los bosques sigue ganando protagonismo dentro de las iniciativas de mitigación al cambio climático, porque se estima que la deforestación, degradación y conversión de los bosques a otros usos está generando 1,6 billones de toneladas de carbono anuales, 20 por ciento de los gases efecto invernadero.

Aunque esas cifras han sido cuestionadas por estudios recientes que indican que el porcentaje de participación de la deforestación en el cambio climático puede ser menor (un estudio reciente de la Universidad de Bristol en UK estableció que es del 12 y no de 20 por ciento), la importancia de este aspecto en el calentamiento global está captando la atención del mundo.

Por eso, una iniciativa mundial que pretende que se compense financieramente a los países que estén dispuestos a conservar los bosques naturales está tomando cada vez más fuerza. Se trata de Redd (Reducción de Emisiones Producto de la Deforestación y la Degradación Forestal), una idea que podrá aprobarse en la reunión de Naciones Unidas sobre cambio climático que se realizará en Copenhague (Dinamarca) en diciembre.

Este mecanismo permitiría a los países pobres recibir dinero de los ricos por la mitigación y adaptación al cambio climático. Además, se espera que se convierta en una herramienta para luchar contra la pobreza.

"Redd es importante para la mitigación de los gases de efecto invernadero y es urgente", enfatizó Markku Kanninen, miembro del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, el principal órgano científico de Naciones Unidas sobre el tema, durante el XIII Congreso Mundial Forestal, que se llevó a cabo recientemente en Buenos Aires, Argentina.

Cómo se financiará la iniciativa y qué se tendrá en cuenta para compensar a cada país por sus acciones, hacen parte de los asuntos a discutir en Copenhague.

Según Kanninen, el proceso de aprobación de Redd está muy avanzado.

Indicó que este asunto podría ser más fácil de negociar en Copenhague que el porcentaje de reducción de emisiones al que se deben comprometer los países desarrollados. Sin embargo, para Gerald Steindlegger, director del programa forestal del Fondo Mundial para la naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) falta que el sector forestal se pronuncie sobre la urgencia de este asunto.

Colombia, país privilegiado

Colombia, que posee el 6 por ciento de la cobertura boscosa del mundo, podría ser uno de los países que en beneficiarse si logra proteger y manejar sus ecosistemas forestales, pero además, si permite que las comunidades se beneficien con los recursos.

Por eso, el WWF está desarrollando una estrategia para saber cuánto carbono hay actualmente capturado en los bosques colombianos. La iniciativa se trabaja con los pueblos indígenas y afrodescendientes para que sean ellos quienes ayuden a recoger los datos, sepan exactamente con qué cuentan y a la hora de ingresar a Redd puedan negociar con el gobierno su porcentaje de participación en las ganancias.

"Esa constante lucha entre lo que me corresponde por derecho legítimo y lo que no es un problema en el mercado de carbono, pero una alternativa para resolver esto es comenzar a hacer las líneas bases con los pueblos indígenas, apoyados por la tecnología de las universidades y la verificación aérea", dijo Miguel Pacheco, oficial forestal en producción de WWF Colombia.

Explicó que la línea base permite saber cuánto carbono tiene retenido el bosque en este momento para calcular, a partir de ahí, cuánto deja de retenerse por las actividades productivas que se realicen en la zona, porque al talar árboles se liberan gases.  "Entre la línea base y el carbono liberado con actividades se abre una brecha de carbono que se calcula en toneladas y esa diferencia es la que se negocia en el mercado de carbono", señaló.

Por su parte, Raúl Dancé, especialista en vínculos comerciales y mercadeo que trabaja para la Red Global de Comercio Forestal de WWF, indicó que el suelo le pertenece a las comunidades, pero el subsuelo le pertenece al estado y por eso para desarrollar proyectos de carbono forestal hay que negociar porcentajes de ganancia con el gobierno.

Según datos proporcionados por la organización, de las 114 millones de hectáreas de superficie nacional el 50 por ciento mantiene cobertura vegetal. De este porcentaje, la mitad está concentrada en tierras colectivas afro e indígenas, principalmente en el complejo ecoregional Choco-Darién.  



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