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Ganaderos, porcicultores, floricultores, cerealeros, bananeros, caficultores y comercializadores de alimentos alertaron sobre los efectos negativos de la actual temporada invernal, que se extendería hasta mediados de diciembre.
Aunque ni la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) ni el Ministerio de Agricultura disponen de un balance de los daños causados por las lluvias sobre las actividades del sector agropecuario, EL COLOMBIANO consultó a dirigentes gremiales, empresarios y comercializadores, quienes expresaron inquietudes.
Las preocupaciones pasan, principalmente, por el mal estado de las vías terciarias que han dificultado el ingreso de los insumos a las fincas y la salida de la producción a los mercados. Igualmente, consideraron que de extenderse el invierno más allá de la segunda semana de diciembre se pondrían en riesgo cosechas del próximo año y habría peligro de eventuales brotes de plagas o enfermedades.
Café y banano
Álvaro Jaramillo Guzmán, director del Comité de Cafeteros de Antioquia, declaró que las lluvias de los dos últimos meses afectarían la llamada "traviesa" que se debe recoger entre febrero y marzo de 2018.
"Hay poca florescencia en los cafetales por el exceso de agua. En otras palabras, faltó sol para que los árboles florecieran y produjeran los granos de los primeros meses del año que viene", explicó el dirigente, quien agregó que los cultivadores han observado inconvenientes en las carreteras para sacar el café desde las veredas.
A su turno, el presidente de la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura), Juan Camilo Restrepo Gómez, destacó que pese al invierno los productores de la fruta en Urabá no han evidenciado problemas, hasta ahora.
Según aclaró, el cuidado que se ha tenido en mantener despejados los canales y caños ha evitado inundaciones en los cultivos. "Si el invierno se prolonga tendríamos problemas, por lo pronto esperamos que entre el verano desde la segunda mitad de diciembre hasta abril o mayo", enfatizó.
Porcicultura, ¿sin vías?
Una de las actividades pecuarias en la que Antioquia es líder, como la cría de cerdos, no ha sido ajena a las consecuencias del invierno.
Carlos Maya Calle, presidente de Porkcolombia (gremio de porcicultores), señaló que los inconvenientes se han derivado del mal estado de las vías que dificultan la movilización de los animales, principalmente en Valle y Antioquia.
En ese sentido, Guillermo Barreneche, gerente de Porcicultores APA, mencionó que las granjas ubicadas en zonas rurales de Santa Rosa de Osos, Donmatías y Entrerríos han afrontado problemas para abastecer los criaderos y trasladar los animales a las plantas de beneficio.
Por su parte, María del Carmen Otero, presidenta de Granjas Paraíso, señaló que en el Valle del Cauca los aguaceros han causado anegamientos que limitan el acceso de alimentos para los cerdos y el traslado de los animales a los mercados.
Mucha agua en Oriente
Desde la dirección de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores en Antioquia (Asocolflores), Marcos Ossa Ramírez, manifestó que el invierno eleva la alerta de los productores del Oriente antioqueño en cuanto a la eventual proliferación de enfermedades como la Botritys (hongo que causa la pudrición de la flor).
"El exceso de agua y las bajas temperaturas nos llevan a activar unos planes de contingencia y de prevención para detener la aparición de las plagas", comentó Ossa.
Juan Guillermo Álvarez, gerente de Agropecuaria de Papa, sostuvo que el invierno está afectando la calidad y rendimiento de los cultivos del tubérculo. De hecho, en octubre la papa fue uno de los productos que mayor variación tuvo en sus precios (21,15 %), según los registros del Dane.
"Nadie esperaba que este año estuviera pasado por agua y además de los efectos en la papa, hemos notado una disminución en el abastecimiento de frutas en la Central Mayorista de Antioquia. Tenemos problemas por invierno en las vías terciarias donde a nosotros, como productores, se nos va la utilidad en el arreglo de esas carreteras", afirmó.
Cereales flotando
Henry Vanegas Angarita, gerente de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce), señaló que las mayores afectaciones se han observado en el departamento de Córdoba, donde las cosechas y siembras se retrasaron, y hubo problemas con la comercialización de maíz blanco.
"El exceso de lluvias ocurrió en una temporada que no es la usual. Desde agosto y septiembre hay invierno en esa parte del Caribe y eso atrasó la cosecha, la hizo más costosa y deterioró la calidad del grano", precisó.
Fenalce aún está elaborando el sondeo para determinar el volumen de pérdidas, toda vez que el fenómeno climático impactó a 17 municipios del Medio y Bajo Sinú, entre ellos Cereté, San Pelayo y Lorica.
"Aún hay una lámina de agua, es decir son terrenos en los que no se puede sembrar. Además, cuando llegue el verano, esos predios que también son aprovechados por la ganadería no van a tener pasto", advirtió.
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