Los agricultores estiman que si el Gobierno quiere sacar adelante el programa Colombia Siembra, que pretende un millón de hectáreas en los próximos tres años, debe reformular las tasas de interés, pues hoy les restan competitividad.
La producción agropecuaria en Colombia es un albur. Los riesgos son el pan de cada día de los campesinos colombianos.
Cuando no es la lluvia, es el verano; y si no es ninguno de los anteriores, aparecen las malas vías o, para rematar, la compra del producto a bajos precios.
Pero hay un factor que está afectando de manera directa la competitividad de los productores del agro: las tasas de interés, que cada día se hacen más costosas, producto de la medida tomada por el Banco de la República de incrementar su tasa de intermediación (5.75%) con el fin de controlar la inflación en el país, que a cierre de noviembre ya se estaciona en 6.11%.
Para Hernán Hernández Peñaloza, miembro de la junta directiva de la SAC, ese tipo de medidas se deben al predominio que existe en la junta del Emisor de una vieja escuela que enfrenta los problemas de inflación con restricción del crédito, soportada en la elevación de las tasas de interés.
El directivo dijo que mientras Japón tiene tasas de interés negativas (les presta a los bancos a menos punto cinco), la Reserva Federal de EE.UU. (FED) les concede a los bancos a cero y lo mismo hace el Banco Central Europeo (BCE), nosotros tenemos una tasa que puede llegar al 6%.
"Para un empresario del agro, por ejemplo, que trabaje en un proyecto de mil millones, la diferencia entre un DTF (5.11%) más 10% con un DTF más cero significa que ese hombre del campo debe destinar un 16% del mismo para pagarle solo a la entidad crediticia. Y lo grave es que lo tiene que hacer al sol y al agua, con todos los problemas del cambio climático que vivimos hoy", agregó.
Hernández Peñaloza expresó que se tiene que recurrir a otro escenario, para controlar la inflación de otra manera, sin subir las tasas de interés, y además la banca debe ser responsable de prestarle a quien realmente puede pagar.
"Le prestan a todos al 3% mensual. Cuando los bancos de Europa otorgan un crédito y hacen una mala elección, es su responsabilidad. Pero acá, si uno no paga, no importa, pues los otros lo han hecho de manera implícita, pues cancelaron esos créditos a unas tasas altas", agregó.
Para el directivo de la SAS, las autoridades monetarias y crediticias del país deben mirar cómo hacen Argentina, Paraguay y Brasil, tres economías exitosas que poseen un sector agropecuario fuerte y sólido.
"Si escarban un poquito, encontrarán que existe subsidio a las tasas de interés. El Ministerio de Agricultura en Colombia quiere sembrar un millón de hectáreas en los próximos tres años; pero no lo logrará, si no diseñan una fórmula de subsidio a las tasas de interés en la producción de unas especies que atiendan el mercado interno y tengan posibilidades de exportar. Esa formulita se la podemos copiar a los brasileros", sostuvo.
Puntos a favor de los bancos
Para José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, es evidente que las tasas de interés en Colombia están muy por encima de lo que sucede en otros países, incluso de aquellos que tienen un mayor desarrollo relativo, como Estados Unidos. Esa situación afecta la competitividad del sector agropecuario.
Según el directivo de Fedegán, hay una posición dominante del sector financiero y al ser intermediario de esos recursos de Finagro, le incrementa unos puntos que los hace menos competitivos con respecto a otros países.
"Finagro le entrega a los bancos a DTF menos 2 y DTF menos 1; sin embargo, los bancos le prestan al campesino a DTF más 10. En algunos casos, es casi un 150% más el costo del dinero. Es tan perverso ese sistema, que cuando los bancos sustituyen cartera, se lo prestan directamente al sector, pero no al primario, sino a los que intervienen como integradores, porque así lo permite la norma. Es así como le entregan créditos a los almacenes de grandes superficies (por vender productos agropecuarios) al DTF o DTF más 1.
"El productor que lleva ese producto al almacén de cadena tiene que pagar el crédito al DTF más 10, lo que a todas luces es una inequidad en la manera como el crédito está llegando al sector productivo colombiano", sentenció.
Lafaurie Rivera dijo que en Colombia, si bien los artículos 64 y 65 de la Constitución Nacional dicen que tiene que haber una protección especial para el sector agropecuario, en lo concerniente a la colocación del crédito para el sector, estas normas no se cumplen a cabalidad, con el agravante de que se hace con dineros de Finagro, que son del Estado.
La colocación
Datos del Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario, Finagro, dan cuenta de que en el primer semestre de 2015, se han colocado $3.88 billones en crédito para el sector rural. Esa cifra representa un incremento del 19% con respecto al año anterior.
Según Finagro, la colocación anterior significa un cumplimiento del 119% de las metas trazadas. De esos créditos, 30 mil son nuevos solicitantes y 96 mil son pequeños productores.
Finagro y el Ministerio de Agricultura han manifestado que se realizará un proceso de reformulación del sistema de financiamiento agropecuario en Colombia, el cual lleva 25 años.
Los objetivos le apuntan al fortalecimiento de las microfinanzas y a un mayor aseguramiento de las cosechas. En ese reacomodo, ya se dio el primer paso y fue el establecimiento de una nueva categoría para pequeños productores en lo concerniente a los activos.
En consecuencia, la nueva clasificación de pequeño productor pasó de $93 millones a $183 millones. Lo anterior significa que un mayor número de productores tendrán la oportunidad de beneficiarse de las condiciones especiales de los diferentes instrumentos administrados por el Finagro.
Créditos a más largo plazo y mas baratos
El crédito en Colombia no es barato. Las tasas de interés para los créditos comerciales o de inversión están bordeando el 10%, lo que significa que están altas.
Para Andrés Valencia Pinzón, presidente Ejecutivo de la Federación Nacional de Avicultores, Fenavi, muestra de lo anterior es que el sector avícola no ha podido acudir en un grado de significancia a buscar los créditos que ofrece el Banco Agrario de Colombia, Banagrario (la banca estatal), porque sus tasas no son competitivas frente a las que ofrece la banca comercial.
Para el directivo, el sector goza de un gran prestigio crediticio en la banca comercial, pues tiene un valor $14.8 billones, lo que significa que se tiene buena prima de riesgo. "El sector necesita créditos a más largo plazo y baratos, para poder amortizar una alta inversión en un mayor tiempo; porque, por ejemplo, montar una planta de beneficio para carne de pollo de nueve mil aves hora vale $30 mil millones; y con un crédito a cinco años queda muy apretado amortizar esa fuerte inversión", agregó. En su concepto, se necesitan créditos a 15 años.
Fuente: http://bit.ly/1Pjk4Z9